Fuente: https://derechoscr.wordpress.com
Imagínese que una mujer viva en su casa, la que ella construyó con su dinero, y que su esposo que está saliendo de la cárcel se mude con una querida a la casa y entre ambos vividores la empiecen a agredir junto con sus hijos. Luego imagínese que esta mujer vaya y ponga la denuncia al juzgado.
¿Cuánto tiempo cree usted que pasaría para que llegue la policía y eche al agresor de la casa y le dé el completo control a la mujer sobre la propiedad, los hijos y además se le pensione al marido para que trabaje y los mantenga estando fuera de la vivienda?
Pues eso en Costa Rica toma unos cuantos minutos, para sacarlo de la casa basta con que la mujer llame a la policía, ni siquiera se necesita al juzgado ni tampoco se necesita que la mujer pruebe la agresión para que echen al marido y con él se va la querida. Luego ella pondría unas denuncias en los muchos juzgados de las mujeres y listo.
Además ella recibiría el apoyo de las siguientes instituciones para salir adelante.
Y decenas de instituciones más.
Pero Dirk Bouchamp era hombre. Y un hombre no tiene apoyo de ninguna institución, NINGUNA, para que le ayude en una situación doméstica.
La situación de un hombre dentro de la familia hoy en día es tan precaria e insignificante ante la ley, que su esposa puede mudarse con un amante a la vivienda donde vive el marido cuidando a sus hijos, y entre ella y el querido pueden asaltar, explotar y agredir diariamente al marido en frente de los niños y a vista y paciencia de todo un pueblo y ninguna institución tomará acción ni aunque el marido denuncie mil veces la situación. Lo dejarán en esa situación hasta que lo maten.
Los niños de Costa Rica no pueden recibir ninguna protección efectiva por parte de sus padres varones simplemente porque esos padres no cuentan para las instituciones gubernamentales. En realidad para efectos prácticos una suegra tiene más influencia ante las instituciones nacionales que el padre de un niño. Si quiere comprobar esto basta con ver a quien le hacen más caso en una llamada al 911 o al PANI.
En los juzgados de Costa Rica no se puede lograr una medida cautelar para apartar a una presidiaria violenta y agresora que trajo a un querido a la casa y está agrediendo a su marido que es el que cuida a los hijos. NI SIQUIERA PARA APARTAR AL AMANTE AGRESOR.
Tampoco se puede lograr que el PANI le dé la custodia a un padre de sus hijos si la madre está viva. Aunque ésta tenga el antecedente de haber abandonado a sus hijos mayores y haya todo un pueblo que atestigüe que el padre es quien cuida y educa a los menores.
Dirk Bouchamp, el estadounidense de 57 años, quien fue asesinado en Matapalo, sufría constantes maltratos por parte de su esposa, Yemmi Jessica Durán Guerra, de 38. También era agredido por el amante de ella, el nicaragüense Adrián Salmerón Silva, quien ahora es el principal sospechoso de matar a la pareja de esposos y a tres de sus hijos. Además, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que el estadounidense, incluso, había puesto una denuncia por violencia doméstica contra la mujer.
Arelys Rojas, una conocida de las víctimas, aseguró que Bouchamp la pasaba tan mal y estaba tan delgado que ella le insistía en que se fuera de la casa. Dirk Bouchamp puso la denuncia en el juzgado, pero como sucede con todos los hombres que son agredidos, nadie hace caso de este tipo de denuncias de violencia doméstica cuando la víctima es un varón. Incluso sólo se tipifican como denuncias de violencia doméstica a aquellas en donde la víctima es una mujer. Las leyes de este país y las instituciones lo dejaron en esa situación tan lamentable junto con los hijos hasta que el amante vago vividor que llevo la mujer presidiaria a vivir a la casa los mató a todos.
En la casa de Dirk Bouchamp habían al menos 6 personas. Él, La esposa, 5 hijos, y lo más insólito de todo, el amante nicaragüense que la mujer llevó a vivir allí. Pero de todas estas personas, la única protegida por las leyes e instituciones de este país, la única que podía llamar a la policía y obtener respuesta, la única que podía acudir al PANI y obtener ayuda, la única que podía obtener una orden de restricción de un juzgado, la única que podía recibir ayuda alguna de instituciones públicas, la única importante era la mujer y era ella precisamente la agresora, la vividora, la manipuladora, la violenta.
Lo más irónico de esto es leer en la página principal del INAMU sobre la manera en que El INAMU busca la protección de los derechos de las mujeres y sobre los Planes y Mecanismos que impulsa el INAMU para buscar la igualdad y equidad de género. ¿Quién impulsa los derechos de un padre para que pueda protegerse él y a sus hijos de las mujeres violentas y de los amantes violentos de las mujeres? Y lo más irónico de todo son los impuestos que tuvo que pagar Dirk Bouchamp para soportar instituciones como el INAMU, EL PANI, y tantas instituciones que no le ayudarían nunca a proteger a sus hijos porque todos ellos solo son para mujeres.
Nos preguntamos. ¿Hasta cuándo tendremos derechos los hombres también? ¿Cuándo llegarán a existir instituciones en el país que protejan a la familia en vez de sólo a la mujer?
Mientras tanto, en el INAMU contarán este acontecimiento para anotar más bien un femicidio y por supuesto van a ignorar totalmente que aquí también murieron un hombre y tres niños.
Imagínese que una mujer viva en su casa, la que ella construyó con su dinero, y que su esposo que está saliendo de la cárcel se mude con una querida a la casa y entre ambos vividores la empiecen a agredir junto con sus hijos. Luego imagínese que esta mujer vaya y ponga la denuncia al juzgado.
¿Cuánto tiempo cree usted que pasaría para que llegue la policía y eche al agresor de la casa y le dé el completo control a la mujer sobre la propiedad, los hijos y además se le pensione al marido para que trabaje y los mantenga estando fuera de la vivienda?
Pues eso en Costa Rica toma unos cuantos minutos, para sacarlo de la casa basta con que la mujer llame a la policía, ni siquiera se necesita al juzgado ni tampoco se necesita que la mujer pruebe la agresión para que echen al marido y con él se va la querida. Luego ella pondría unas denuncias en los muchos juzgados de las mujeres y listo.
Además ella recibiría el apoyo de las siguientes instituciones para salir adelante.
- INSTITUTO NACIONAL DE LAS MUJERES (INAMU)
- PATRONATO NACIONAL DE LA INFANCIA (PANI)
- CONSEJO NACIONAL DE PRODUCCION CNP – OFICINA SECTORIAL DE LA MUJER
- RED DE MUJERES EN ACCIÓN.
- ASOCIACIÓN NACIONAL DE GRUPOS ASOCIATIVOS FEMENINOS (ASONAGAF).
- COMITÉ NACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA A LA MUJER.
- ALIANZA DE MUJERES COSTARRICENSES AMC
- FUNDACION DESARROLLO, MUJER, SALUD Y AMBIENTE FUNDEMUSA
- MUJERES UNIDAS EN SALUD Y DESARROLLO MUSADE
Y decenas de instituciones más.
Pero Dirk Bouchamp era hombre. Y un hombre no tiene apoyo de ninguna institución, NINGUNA, para que le ayude en una situación doméstica.
La situación de un hombre dentro de la familia hoy en día es tan precaria e insignificante ante la ley, que su esposa puede mudarse con un amante a la vivienda donde vive el marido cuidando a sus hijos, y entre ella y el querido pueden asaltar, explotar y agredir diariamente al marido en frente de los niños y a vista y paciencia de todo un pueblo y ninguna institución tomará acción ni aunque el marido denuncie mil veces la situación. Lo dejarán en esa situación hasta que lo maten.
Los niños de Costa Rica no pueden recibir ninguna protección efectiva por parte de sus padres varones simplemente porque esos padres no cuentan para las instituciones gubernamentales. En realidad para efectos prácticos una suegra tiene más influencia ante las instituciones nacionales que el padre de un niño. Si quiere comprobar esto basta con ver a quien le hacen más caso en una llamada al 911 o al PANI.
En los juzgados de Costa Rica no se puede lograr una medida cautelar para apartar a una presidiaria violenta y agresora que trajo a un querido a la casa y está agrediendo a su marido que es el que cuida a los hijos. NI SIQUIERA PARA APARTAR AL AMANTE AGRESOR.
Tampoco se puede lograr que el PANI le dé la custodia a un padre de sus hijos si la madre está viva. Aunque ésta tenga el antecedente de haber abandonado a sus hijos mayores y haya todo un pueblo que atestigüe que el padre es quien cuida y educa a los menores.
Dirk Bouchamp, el estadounidense de 57 años, quien fue asesinado en Matapalo, sufría constantes maltratos por parte de su esposa, Yemmi Jessica Durán Guerra, de 38. También era agredido por el amante de ella, el nicaragüense Adrián Salmerón Silva, quien ahora es el principal sospechoso de matar a la pareja de esposos y a tres de sus hijos. Además, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que el estadounidense, incluso, había puesto una denuncia por violencia doméstica contra la mujer.
Arelys Rojas, una conocida de las víctimas, aseguró que Bouchamp la pasaba tan mal y estaba tan delgado que ella le insistía en que se fuera de la casa. Dirk Bouchamp puso la denuncia en el juzgado, pero como sucede con todos los hombres que son agredidos, nadie hace caso de este tipo de denuncias de violencia doméstica cuando la víctima es un varón. Incluso sólo se tipifican como denuncias de violencia doméstica a aquellas en donde la víctima es una mujer. Las leyes de este país y las instituciones lo dejaron en esa situación tan lamentable junto con los hijos hasta que el amante vago vividor que llevo la mujer presidiaria a vivir a la casa los mató a todos.
En la casa de Dirk Bouchamp habían al menos 6 personas. Él, La esposa, 5 hijos, y lo más insólito de todo, el amante nicaragüense que la mujer llevó a vivir allí. Pero de todas estas personas, la única protegida por las leyes e instituciones de este país, la única que podía llamar a la policía y obtener respuesta, la única que podía acudir al PANI y obtener ayuda, la única que podía obtener una orden de restricción de un juzgado, la única que podía recibir ayuda alguna de instituciones públicas, la única importante era la mujer y era ella precisamente la agresora, la vividora, la manipuladora, la violenta.
Lo más irónico de esto es leer en la página principal del INAMU sobre la manera en que El INAMU busca la protección de los derechos de las mujeres y sobre los Planes y Mecanismos que impulsa el INAMU para buscar la igualdad y equidad de género. ¿Quién impulsa los derechos de un padre para que pueda protegerse él y a sus hijos de las mujeres violentas y de los amantes violentos de las mujeres? Y lo más irónico de todo son los impuestos que tuvo que pagar Dirk Bouchamp para soportar instituciones como el INAMU, EL PANI, y tantas instituciones que no le ayudarían nunca a proteger a sus hijos porque todos ellos solo son para mujeres.
Nos preguntamos. ¿Hasta cuándo tendremos derechos los hombres también? ¿Cuándo llegarán a existir instituciones en el país que protejan a la familia en vez de sólo a la mujer?
Mientras tanto, en el INAMU contarán este acontecimiento para anotar más bien un femicidio y por supuesto van a ignorar totalmente que aquí también murieron un hombre y tres niños.
1 comentario:
Me alegra que hayas vuelto
Escribir es una forma de amar
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