Este no es un texto nuevo, ya lo había publicado antes en mi blog, pero sucede que como las fiestas navideñas se prestan para la reconciliación personal, se me ha ocurrido propicio para el momento y compartirlo con ustedes…
Spiritus enim omnia scrutatur, etiam profunda dei...I
Spiritus enim omnia scrutatur, etiam profunda dei...I
Corintios II, 10
PROLOGO…
“Bruscamente me he dado cuenta de que estoy, precisamente, en la más insidiosa de las tentaciones. Puedo ser silenciado, mas no por nadie, sino por mi propia y cómoda indiferencia. Pienso, que como acabo de escribir unas pocas páginas, ya di mi testimonio público y me he ganado el derecho a soñar tranquilo en mi rincón, hasta el último de mis días. Es ese un lado de la cara de la moneda, el otro, aunque diferente, es igual de siniestro. Al escribir, exprese mis sentimientos mas personales, mi relación con el y con la sociedad humana.
No intento enseñar ni planear argumentos. Solo soy uno mas, interesado en el bienestar espiritual propio. Carezco de todo, he llagado a celebrar mi experiencia con el. Realmente esto tiende a restarle sentido a este acto. Ahora, sin previo aviso, un abismo parece abrirse bajo mis pies. En el momento mismo en que me encontraba componiendo estas líneas para el, cavilaba… ¿Es esto mi verdad?, ¿Es esto lo que realmente creo?; no se de que manera arreglármelas con el, glorificado, presidiendo desde una eterna calma, la agónica disolución del espíritu humano. Y me ocurre que ahora, cualquiera que sea la forma de razonar sobre ello, lo único que veo, son los rostros afligidos y frágiles del alma.
A veces, quisiera olvidarme de todo. El hecho es que para vivir necesitamos mantenernos en comunión, no solo con nuestro presente, sino también con el pasado y futuro propio. En nosotros habita y canta toda una poesía de la vida, el arrullo de algunos recuerdos medio olvidados, pero también son nuestros inquilinos, el dolor y el miedo, las imágenes de los terrores infantiles y las macabras expectativas de la edad. Estoy seguro, de que es en este espacio, donde diariamente soñamos despiertos. Donde el espíritu establece con nosotros, su propia comunión. Y es así como se nos da ese don que llamamos felicidad. El agudo pesar de la experiencia que conduce al perdón, la apertura del corazón a los riesgos del amor, la comprensión misma por uno mismo.¿Quién, sino un niño bufón, se atrevería a escribirle cartas a el, desde este, mi pequeño planeta azul…?
“Bruscamente me he dado cuenta de que estoy, precisamente, en la más insidiosa de las tentaciones. Puedo ser silenciado, mas no por nadie, sino por mi propia y cómoda indiferencia. Pienso, que como acabo de escribir unas pocas páginas, ya di mi testimonio público y me he ganado el derecho a soñar tranquilo en mi rincón, hasta el último de mis días. Es ese un lado de la cara de la moneda, el otro, aunque diferente, es igual de siniestro. Al escribir, exprese mis sentimientos mas personales, mi relación con el y con la sociedad humana.
No intento enseñar ni planear argumentos. Solo soy uno mas, interesado en el bienestar espiritual propio. Carezco de todo, he llagado a celebrar mi experiencia con el. Realmente esto tiende a restarle sentido a este acto. Ahora, sin previo aviso, un abismo parece abrirse bajo mis pies. En el momento mismo en que me encontraba componiendo estas líneas para el, cavilaba… ¿Es esto mi verdad?, ¿Es esto lo que realmente creo?; no se de que manera arreglármelas con el, glorificado, presidiendo desde una eterna calma, la agónica disolución del espíritu humano. Y me ocurre que ahora, cualquiera que sea la forma de razonar sobre ello, lo único que veo, son los rostros afligidos y frágiles del alma.
A veces, quisiera olvidarme de todo. El hecho es que para vivir necesitamos mantenernos en comunión, no solo con nuestro presente, sino también con el pasado y futuro propio. En nosotros habita y canta toda una poesía de la vida, el arrullo de algunos recuerdos medio olvidados, pero también son nuestros inquilinos, el dolor y el miedo, las imágenes de los terrores infantiles y las macabras expectativas de la edad. Estoy seguro, de que es en este espacio, donde diariamente soñamos despiertos. Donde el espíritu establece con nosotros, su propia comunión. Y es así como se nos da ese don que llamamos felicidad. El agudo pesar de la experiencia que conduce al perdón, la apertura del corazón a los riesgos del amor, la comprensión misma por uno mismo.¿Quién, sino un niño bufón, se atrevería a escribirle cartas a el, desde este, mi pequeño planeta azul…?
LA HISTORIA...
Tonitus el bufón, caminaba a lo largo de la playa. Se entregaba al sencillo placer de observar a los esperanzados pescadores, veía a los enamorados cogidos de las manos y a los turistas asombrados por la variedad de mercancías ofrecidas por los pobladores, en tarantines multicolores. Se deleitaba con los esplendores del atardecer, derramándose en el verde musgo de las piedras grises y las conchas marinas bañadas por el vaivén de las olas.
Tonitus el bufón, un hombre enano y contrahecho, toda una novedad que le llevo a trabajar en un circo. La consecuencia de su figura, reflejaba una imagen cínicamente vulgar. El esfuerzo de su andar, perlaba de sudor sus sienes. Tenia una curiosa forma de caminar, pequeños saltos, que a cada paso que daba, prácticamente giraba sobre si mismo. La curva de su espina dorsal, era muy pronunciada y su cabeza, bella como la de un “elfo”, no calzaba con el resto de su cuerpo. Todo el era obra de un escultor borracho, que dejo inconcluso su trabajo. Todo le resultaba tan divertido, como un juego de niños.
Evocaba el recuerdo mismo de aquellas cartas en otra edad temprana. Ahora en sus años otoñales, en este momento, transportado, descubrió que había sabido envejecer y que aun podía, todavía, conmoverse con el último punzante momento vivido. Durante el resto de la tarde, se dejo llevar por esa agradable fantasía, hasta que al final, realizo la última ceremonia. Consistió en sentarse bajo los laureles de un bar instalado en las cercanías de la orilla de la playa. Ordeno un buen vaso de cerveza y papas fritas para picar.
Dividía su atención entre los paseantes y los lapidarios títulos de las noticias que contenía el periódico que le acompañaba. La grave y predestinada belleza, de los paisajes que le rodeaban, se acomodaban muy bien a su propio estado de ánimo. Pronto se dibujo en su mente, cada palabra, cada línea, cada página de aquellas cartas. Con vivida realidad, se encontró de nuevo en aquella cima, vació de todo, solo, penetrado de una pena insostenible, de una vergüenza infinita. Reconociéndose como el autor de la desolación de su entorno.
En su evocación del recuerdo, Tonitus el bufón, se detuvo un momento, permaneció un largo rato en penitencia, finalmente, con una curiosa emoción, admitió para si mismo: “Supongo que puedo llamarle a esto el momento de mi conversión”…Me doy cuenta de que lo que siento es una alegría muy frágil, no debo apoyarme en esto por que podría ceder bajo mi peso. Con gesto de humildad, acepto que el consuelo y la fuerza que he recibido, no pueden durar.
Estoy preparado para un periodo de oscuridad, y si se quiere, para una destructora confusión…Hay ciertas tragedias que nos afectan, y que llegamos a comprenderlas en el mejor de los casos, por un proceso evolutivo…Con un raro semi humorístico pesar, Tonitus el bufón, comprendió que lo que había escrito en esa temprana edad, era nada más que la conversación de un confiado niño con su padre. Tonitus el bufón se pregunta: ¿Quién soy yo?, ahora. Me he dispuesto a mi mismo a no ser sino la caña pensante, pronta para plegarse ante el viento del espíritu.
Pero una caña también es un tubo hueco, dentro del cual otros hombres pueden tocar una música ajena a mí. Súbitamente se dio cuenta de que sus ideas, dejaron de serlo para convertirse en sonidos infantiles en su mente. Se desplomo pesadamente del banco en que se encontraba y volcó la mesa al tratar de asirse al mantel. Ya en el suelo, solo balbuceaba, un halito de saliva la colgaba de la comisura de los labios.
Sintió que algo tiraba de su pantalón, al esforzarse en mirar hacia abajo, vio que su mano izquierda golpeaba el muslo, y no lo podía evitar, con un ritmo espasmódico. Su visión se nublo y dejo de percibir a la audiencia que le rodeaba. En su cabeza todo daba vueltas, solo le llegaba el eco lejano del ulular de una sirena. Poco a poco, fue privado de todo sentido sensorial, solo quedo el silencio… el eterno silencio.En los periódicos del día siguiente, al final, en la pagina policial, se podía apreciar una foto acompañada de una pequeña reseña del suceso. “Muere de un derrame cerebral, un enano deforme. Hasta ahora las autoridades no han podido establecer su identidad, en tres días, si no es reclamado el cuerpo, de la morgue se le enviara a una fosa común para indigentes.
Tonitus el bufón, caminaba a lo largo de la playa. Se entregaba al sencillo placer de observar a los esperanzados pescadores, veía a los enamorados cogidos de las manos y a los turistas asombrados por la variedad de mercancías ofrecidas por los pobladores, en tarantines multicolores. Se deleitaba con los esplendores del atardecer, derramándose en el verde musgo de las piedras grises y las conchas marinas bañadas por el vaivén de las olas.
Tonitus el bufón, un hombre enano y contrahecho, toda una novedad que le llevo a trabajar en un circo. La consecuencia de su figura, reflejaba una imagen cínicamente vulgar. El esfuerzo de su andar, perlaba de sudor sus sienes. Tenia una curiosa forma de caminar, pequeños saltos, que a cada paso que daba, prácticamente giraba sobre si mismo. La curva de su espina dorsal, era muy pronunciada y su cabeza, bella como la de un “elfo”, no calzaba con el resto de su cuerpo. Todo el era obra de un escultor borracho, que dejo inconcluso su trabajo. Todo le resultaba tan divertido, como un juego de niños.
Evocaba el recuerdo mismo de aquellas cartas en otra edad temprana. Ahora en sus años otoñales, en este momento, transportado, descubrió que había sabido envejecer y que aun podía, todavía, conmoverse con el último punzante momento vivido. Durante el resto de la tarde, se dejo llevar por esa agradable fantasía, hasta que al final, realizo la última ceremonia. Consistió en sentarse bajo los laureles de un bar instalado en las cercanías de la orilla de la playa. Ordeno un buen vaso de cerveza y papas fritas para picar.
Dividía su atención entre los paseantes y los lapidarios títulos de las noticias que contenía el periódico que le acompañaba. La grave y predestinada belleza, de los paisajes que le rodeaban, se acomodaban muy bien a su propio estado de ánimo. Pronto se dibujo en su mente, cada palabra, cada línea, cada página de aquellas cartas. Con vivida realidad, se encontró de nuevo en aquella cima, vació de todo, solo, penetrado de una pena insostenible, de una vergüenza infinita. Reconociéndose como el autor de la desolación de su entorno.
En su evocación del recuerdo, Tonitus el bufón, se detuvo un momento, permaneció un largo rato en penitencia, finalmente, con una curiosa emoción, admitió para si mismo: “Supongo que puedo llamarle a esto el momento de mi conversión”…Me doy cuenta de que lo que siento es una alegría muy frágil, no debo apoyarme en esto por que podría ceder bajo mi peso. Con gesto de humildad, acepto que el consuelo y la fuerza que he recibido, no pueden durar.
Estoy preparado para un periodo de oscuridad, y si se quiere, para una destructora confusión…Hay ciertas tragedias que nos afectan, y que llegamos a comprenderlas en el mejor de los casos, por un proceso evolutivo…Con un raro semi humorístico pesar, Tonitus el bufón, comprendió que lo que había escrito en esa temprana edad, era nada más que la conversación de un confiado niño con su padre. Tonitus el bufón se pregunta: ¿Quién soy yo?, ahora. Me he dispuesto a mi mismo a no ser sino la caña pensante, pronta para plegarse ante el viento del espíritu.
Pero una caña también es un tubo hueco, dentro del cual otros hombres pueden tocar una música ajena a mí. Súbitamente se dio cuenta de que sus ideas, dejaron de serlo para convertirse en sonidos infantiles en su mente. Se desplomo pesadamente del banco en que se encontraba y volcó la mesa al tratar de asirse al mantel. Ya en el suelo, solo balbuceaba, un halito de saliva la colgaba de la comisura de los labios.
Sintió que algo tiraba de su pantalón, al esforzarse en mirar hacia abajo, vio que su mano izquierda golpeaba el muslo, y no lo podía evitar, con un ritmo espasmódico. Su visión se nublo y dejo de percibir a la audiencia que le rodeaba. En su cabeza todo daba vueltas, solo le llegaba el eco lejano del ulular de una sirena. Poco a poco, fue privado de todo sentido sensorial, solo quedo el silencio… el eterno silencio.En los periódicos del día siguiente, al final, en la pagina policial, se podía apreciar una foto acompañada de una pequeña reseña del suceso. “Muere de un derrame cerebral, un enano deforme. Hasta ahora las autoridades no han podido establecer su identidad, en tres días, si no es reclamado el cuerpo, de la morgue se le enviara a una fosa común para indigentes.
EPILOGO...
Una ves aceptada la existencia de él, como quiera que usted lo defina, como quiera que usted explique su relación con él, desde ese momento usted esta atrapado para siempre por su presencia en el centro de todas las cosas.
También usted esta atrapado por el hecho de que el hombre, es una criatura que camina entre dos mundos, y va trazando en los muros de su caverna, la maravilla y el terror que experimenta durante su peregrinaje por este “mi pequeño planeta azul”…
Una ves aceptada la existencia de él, como quiera que usted lo defina, como quiera que usted explique su relación con él, desde ese momento usted esta atrapado para siempre por su presencia en el centro de todas las cosas.
También usted esta atrapado por el hecho de que el hombre, es una criatura que camina entre dos mundos, y va trazando en los muros de su caverna, la maravilla y el terror que experimenta durante su peregrinaje por este “mi pequeño planeta azul”…
6 comentarios:
Excelente texto, para todos, sé que esta algo largo, pero imprimanlo y leanlo luego, vale la pena. Saludos a todos.
Entiendo el PROLOGO y el EPILOGO.. pero no logró hacer la relacion de la historia con lo que estos dos dicen. No lo interpreto de ninguna forma.
Chairolious, Spiritus enim omnia scrutatur, etiam profunda dei (El espíritu santo, la omnipotencia. Tercera persona de la Santísima Trinidad, igual y consustancial al Padre y al Hijo, de los cuales procede como de un solo principio por simple procesión. La remisión de los pecados)… q te puedo decir, para mi el texto es transparente, es decir, fácil de hilvanar... Una introducción q habla del tiempo presente del personaje, una historia q se remonta a la niñez y juventud mas las reflexiones adultas de este bufón q asume su condición lejos de una vida plena y sin embargo el tener conciencia de sus carencias le hacen poseedor de una fe inquebrantable, mas aun sabiendo muy cerca su fin. El epilogo no es sino solamente lo q este autor piensa sobre las relaciones personales y la religión… Para muchos, El Espíritu Santo es quien les da la lucidez, la calma para aconsejar en las crisis, se le tiene un afecto especial porque te lo muestran como alguien muy valioso que esta presente en cada quien, en cuerpo y en mente y que por lo tanto se debe con las acciones ser merecedor de su posesión… abrazos…
Chairolious, sabes pensando sobre tu comentario, quizás he asumido q los lectores de este texto manejen un poco de teosofía, por eso el latín (corintios) q da pie al comienzo de esta crónica, error de mi parte…
iseekyou.. pues bueno, tampoco soy teologo ni nada por el estilo pero si tengo algo de conocimientos :P
Lei el post una vez, luego busque I Cor. 2:10 y entendi que "el" era Dios (o como lo quieran definir). Pero talvez la segunda vez q lo lei tampoco lo hice con suficiente atencion; ni le preste cuidado a la parte de las cartas.
Apenas tenga la oportunidad para leerlo tranquilo y para pensar lo voy a hacer de nuevo, no aqui en la oficina :)
Saludos!
Chairolious, amigo no es q yo se de teologia, pero tengo alguien cercano q fue novicio creo y te pone cada cosa como tema q te hace pensar, un poco de ahi viene esta historia y quizas el animo q tenia para el momento, yo en lo particular tengo muchas dudas de fe es decir no lo concibo como la religion (la q sea) te lo pone y en esta historia el bufon se atreve a cuestionar a dios, dale con calma seguro ña disfrutas yo por mi parte luego de escribirla me quite algo asi como un peso de encima, abrazos...
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