domingo, septiembre 14, 2008

Por que golpearon los militares?


Las deudas de Evo con Chávez lo obligan a “resistir”
Exdiputado boliviano. José Brechner

La tensión sigue en aumento en Bolivia, debido a la terquedad del Gobierno de no devolver a las regiones autónomas sus impuestos de los hidrocarburos que ascienden a $166 millones de dólares, y los deseos totalitarios del presidente Evo Morales de imponer una constitución nacionalsocialista, otorgándoles a los originarios derechos por encima del resto de los habitantes. El mismo documento también dictamina acaparar todos los recursos de la nación para usufructo del partido gobernante, bajo la excusa de distribuir mejor la riqueza.
Desde que los neocomunistas asumieron el poder las grescas son el pan de cada día. Es que las costumbres del sindicalista siguen siendo las mismas de antes que se sentara en el trono. El único diálogo que conoce es el de las trompadas. La única diferencia entre el fútbol político que jugó previo a su investidura es que cambió de lado en la cancha. Los árbitros estuvieron a su favor en el primer tiempo y siguen así en el segundo, pero el público ya está enardecido y empieza a tomar el césped por asalto.
La hipocresía y desparpajo de Morales, es típica de los populistas pero no termina de asombrar: rige autocráticamente y excluyentemente; manipula las leyes e impone medidas por la fuerza; comete fraude en los referendos; importa espías y mercenarios de Cuba y Venezuela; fabrica documentos de identidad falsos; saquea al Estado y empobrece al país; asalta la propiedad privada; amenaza a periodistas; secuestra opositores; comete atentados terroristas; expulsa al embajador de EE. UU.; promueve la producción de coca y el narcotráfico; fomenta el contrabando de combustibles; amedrenta a los civiles; asesina adversarios; regala la soberanía de Bolivia a Hugo Chávez; se alía con el terrorismo islamista..., pero habla de democracia.
Chávez, el más rico. Los socialistas del siglo XXI, que odian a los ricos y aman a los pobres, se encuentran entre las personas más adineradas del mundo con los fondos robados de las arcas del Estado rebosantes de dólares, producto de las nacionalizaciones de las empresas más grandes y rentables, y los altos precios de los commodities. El jefe del clan comunista, Hugo Chávez, es el hombre más rico del planeta. Nadie, con excepción de los jeques árabes promotores de la Yijad, goza de un capital anual de más de $200.000 millones de dólares para hacer con él lo que le venga en gana. No es de extrañar que su capacidad de convencimiento doblegue a cualquiera.
Según los datos económicos, Chávez invierte apenas una tercera parte del PIB venezolano en su país; con el resto impulsa el comunismo, sustentando a gobiernos afines, a grupos extremistas, y comprando armas. Por eso Venezuela se encuentra hoy entre los países más pobres de Sudamérica, cuando antes de su ascenso al poder y sin el exorbitante valor actual del petróleo era uno de los más ricos. Sus extravagantes lujos personales son una bicoca en comparación con los regalos que hace a sus aliados para enseñorearse sobre América Latina.
A Evo Morales lo hizo multimillonario mucho antes de que entrara al Palacio Quemado, pero la factura no la va a cobrar fácilmente. Bolivia no es Venezuela, ideológica y geográficamente el país está claramente definido y dividido.
Veintiséis años de vida democrática en Bolivia están siendo destruidos y nadie quiere volver a vivir bajo la vara de los gobiernos de facto, pero ¡Morales está gobernando de facto! El presidente boliviano y sus partidarios tienen dos opciones: dejar el poder pacíficamente y retornar a sus hogares a disfrutar de sus fortunas mal habidas, por las que como es tradición nadie los enjuiciará, o enfrentarse con el pueblo. Nada indica que el mandatario busque la primera alternativa. Las deudas con Chávez le obligan a “resistir hasta la muerte”, como versa el guión revolucionario.
Por similares motivos a los expuestos, hace unos 40 años los pueblos sudamericanos pidieron auxilio al sentirse impotentes frente a los atropellos comunistas. ¿Alguien sigue preguntándose por qué golpearon los militares?

4 comentarios:

Amorexia. dijo...

Por que una revolución para el "pueblo" tiene tan molesto al PUEBLO!?

Alejandro C. Trejos C. dijo...

Con ganas de pelear, por eso el martes posteo un correo que me mandó Julio Rodríguez de La Nación, muy poco cortés, y que la fuerza blogger puede usar y darnos cuenta que los medios alternativos somos más fuertes!

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Creo que el problema de Bolivia es aun más complejo que eso, solo voy a agregar una respuesta a un comentario que hice en un blog, sobre los niños bolivianos, y me agrado muchísimo la respuesta del amigo bloguero, espero no abusar de su amabilidad:

Roy, esas venas de gas...esas arterias de petróleo por debajo de la piel de América Latina o de Afganistán, Irán o de los océanos...redes de vida para calentar las salas de Chicago o para derrochar en los motores que mueven la abundancia de unos pocos.Cuántos pobres niños sin futuro desaparecen en los "acuerdos de las corporaciones"?
Todo podría cambiar con un poco de inclusión y de equidad. No es imposible.
Abrazo Roy

Terox dijo...

Los más nobles fines pueden sucumbir si los medios no son "sostenibles". No sé si Evo es realmente el déspota que se pinta en este artículo o un idealista que quiere lo mejor para su país, pero claramente los métodos que está utilizando no llevan a buen puerto. Cerrando el diálogo y la negociación cada vez lleva a Bolivia más cerca de la guerra civil. Despacio que tengo prisa. Desgraciadamente, Morales parece no entender razones... son esos idealistas inflexibles los que algún día nos matarán a todos...