EDUARDO RAMIREZ F.SEMANARIO UNIVERSIDAD
El afán de la Iglesia Católica de realizar inversiones en sociedades anónimas y la vinculación con el Grupo SAMA, fue criticada por algunos sacerdotes y excuras consultados por este Semanario en torno a los manejos financieros que hace la Conferencia Episcopal, los cuales son investigados por el Ministerio Público.Para estas personas, la Iglesia debe preocuparse más por repartir parte de la riqueza que posee, que seguir acumulando e invirtiendo en sociedades anónimas que manejan fondos multimillonarios, cuya operación ahora es investigada.Para indagar la presunta intermediación financiera ilegal por parte de la Conferencia Episcopal, la Fiscalía de Fraudes del Ministerio Público practicó en la sede de ésta un allanamiento el pasado 24 de julio, así como en las oficinas del Grupo SAMA.
La acción se produjo dos meses después de que el jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), Óscar Rodríguez, puso una denuncia contra la Conferencia Episcopal, por intermediación financiera ilegal.
SAMA no es investigada por la Fiscalía General y el propósito allí de las autoridades policiales fue recabar información ligada con las cuentas de la Iglesia, ya que esta empresa figura como representante de Servicios Bursátiles Internacionales, el cual maneja desde Panamá las inversiones eclesiales en las sociedades Sarita Trading y Servicios Pastorales Latinoamericanos.
Una investigación divulgada meses atrás por el diario La Nación, dio a conocer cómo la Conferencia Episcopal recibía dineros de personas, y a través de sus sociedades lo invertía por intermediación del Grupo SAMA, en una práctica que no estaba autorizada por la SUGEF.
De acuerdo con información en manos de UNIVERSIDAD, las sociedades de la Iglesia disponen de fondos multimillonarios, con los cuales han invertido en bienes inmuebles, bonos estatales de diversos países, empresas y moneda extranjera.Entre la documentación también aparece la emisión de dos cheques que hace SAMA Internacional G.S.S.A, en los que se pagan $2 millones a Inversiones SAMA, con cargo a la cuenta de Sarita Trading. Ambos cheques, por $1 millón y $1.002.405 cada uno, tienen fecha del 2 de febrero del 2006, cuando estaba próximo el día de las elecciones nacionales (6 de febrero).
El presidente de la Conferencia Episcopal -monseñor José Francisco Ulloa Rojas- no quiso hablar nada sobre los asuntos financieros de la Iglesia. Al diario La Nación le había dicho que no sabía qué era Sarita Trading.
Mientras tanto, no fue posible contactar al presidente del Grupo SAMA -Víctor Oconitrillo Conejo-, ya que cuando se le llamó, en sus oficinas en SAMA y en la Corporación PIPASA dijeron que no se encontraba y tampoco devolvió las llamadas Cabe recordar que el presidente Óscar Arias fue directivo y es miembro del Grupo SAMA, por medio de Adral S.A, empresa que a la vez es accionista de Rica Foods Inc., un conglomerado empresarial que compró la Corporación PIPASA y que es controlada mediante la firma Avícola Campesinos S.A. La representación legal está a cargo del bufete Laclé y Gutiérrez.
CRÍTICAS FUERTES
Al pedirle criterio acerca de las sociedades de la Iglesia al presidente de la Conferencia Episcopal -monseñor Ulloa-, aseguró: "Eso no lo manejo yo, no lo conozco".Cuando se le planteó que respondiera preguntas generales expresó: "Mejor yo no me meto en eso, porque puedo equivocarme, porque no tengo conocimiento exacto de cómo se ha manejado eso; dejémoslo así".
Ulloa ofreció responder en otra ocasión y si se le mandaban las preguntas por escrito, debido a que "en este momento no me siento capaz de tener la visión clara de todo eso". Al preguntársele su dirección de correo electrónico, informó que estará muy ocupado en los próximos días, por lo que sería hasta dentro de tres semanas que pueda responder.
Además, dijo desconocer cuál funcionario de la Iglesia podría hablar respecto del tema y con suficientes conocimientos.
Algo parecido ocurrió con el obispo jubilado Ignacio Trejos, quien adujo no conocer sobre el tema y tampoco quiso referirse a aspectos generales.Por su parte, el dominico y académico de la Universidad Nacional, Miguel Picado, ante la pregunta de si la Iglesia necesita de sociedades anónimas que inviertan sus fondos, afirmó que esta requiere de recursos para atender diversas necesidades, como es financiar pensiones para sus miembros.En su opinión, el problema más bien se da porque la Iglesia ha colocado sus fondos en entidades financieras fuera del país ["off shore"]. "Un país subdesarrollado necesita más bien que lleguen capitales, en vez de exportarlos. ¿Por qué no se lo entregaron a un fideicomiso del Banco Nacional y otro al de Costa Rica?", preguntó.
Picado piensa que hay cierta hipocresía cuando se critica a la Iglesia por el manejo de sus fondos, necesarios para financiar obras de bien social, aunque fustigó la vinculación financiera de la Iglesia con el Grupo SAMA, en una actitud "como si fuera cualquier entidad capitalista".Más severo en sus críticas fue el sacerdote de la Diócesis de Tilarán, Rónal Vargas, para quien -si bien los obispos se preocupan por disponer de recursos para obras sociales- alguna jerarquía de la Iglesia se ha preocupado más por acumular, que por invertir en las necesidades que surgen."¡Cuidado que hemos sido contagiados del afán capitalista de simplemente acumular, en vez del compartir, como dice el Evangelio!", advirtió.En relación con el nexo de las sociedades anónimas de la Iglesia con el Grupo SAMA, Vargas comentó que "entiendo el sentido de los obispos cuando vieron que económicamente lo mejor era invertir con este grupo; pero, creo que éticamente ha sido el error más grande que ha cometido la jerarquía de la Iglesia en los últimos años, porque se han aliado con un grupo y unas personas que -desde cualquier punto de vista social que se le juzgue- han resultado nefastas para este país".
El presbítero estima que al invertir los dineros en estos sectores, la Iglesia es cómplice por compras e inversiones en empresas que -por ejemplo- producen bebidas alcohólicas, en las cuales por ética no se debería hacer, ya que no es lo más recomendable para una institución religiosa.En referencia a la alegación que ha hecho la cúpula eclesial, de que desconocía de los manejos financieros cuestionados y de las sociedades anónimas establecidas en Panamá, sostuvo que "es inconcebible que manejando millones en la Conferencia Episcopal, puedan alegar desconocimiento, que otras personas hicieron negocios y ellos no se habían dado cuenta (...) Es una mentira que pocos se pueden tragar".Igual de tajante fue Javier Solís, exsacerdote y periodista, en cuya visión la Iglesia de Cristo no debe tener fondos. "Los bienes de los cristianos -según el Evangelio- son un instrumento para hacer caridad. Dios no quiere templos, ni grandes edificios, ni grandes fondos de inversión. Solo quiere que las personas se quieran entre sí y se traten como iguales", acotó.Solís estima que "los fondos que recibe la comunidad cristiana para el uso comunitario, deben de provenir únicamente de las limosnas, de las contribuciones de sus fieles. Poner dinero a rentar para financiar sus actividades eclesiásticas es un pecado".
Calificó de "escándalo social y religioso" la relación entre la Iglesia y el Grupo SAMA, al tiempo que rechazó la posibilidad de que la jerarquía eclesial ignorara la existencia de las sociedades anónimas creadas en Panamá.
Para él, la Iglesia debería deshacerse de sus bienes y repartirlos entre los pobres; o bien, crear un banco con los más de ¢50.000 millones que tiene, y brindar créditos a las personas pobres, como una forma moderna de hacer caridad.Por su lado, Miguel Picado y Rónal Vargas abogaron para que los fondos se dediquen a mejorar la calidad de vida de los sectores sociales más pobres.
Vargas cree que la Conferencia Episcopal ha aprendido algo la lección con las situaciones que han pasado en los últimos meses, "porque actualmente se están dedicando a financiar actividades con las que antes mantenían cierta distancia, como el foro agrario que se realizó el 28 y 29 de julio. Esto es una vuelta de la Iglesia a la recuperación del campesinado; es una inversión grande para este encuentro".Detalló que ha escuchado de la buena voluntad de la jerarquía para impulsar otras iniciativas sociales. "Siento que en el fondo quiere lavarse la cara", agregó.
Cheques de la Iglesia a SAMA
Dos millones de dólares, ¿para qué?
Si bien la Iglesia Católica maneja y mueve muchos millones de dólares a través de sus sociedades anónimas domiciliadas en Panamá, el 2 de febrero del 2006 se emitieron de la cuenta de Sarita Trading dos cheques por montos que llaman la atención por su tamaño: más de $ 2 millones pagaderos a la orden de Inversiones SAMA.
Copias de estos dos cheques -girados el mismo día pocos antes de la elecciones nacionales del 6 de febrero del 2006- están en manos de UNIVERSIDAD, y aunque se intentó conocer más detalles de ellos con el presidente de la Conferencia Episcopal -monseñor José Francisco Ulloa Rojas- y el presidente del Grupo SAMA -Víctor Oconitrillo Conejo-, esto no fue posible.
Ulloa Rojas rehusó de manera tajante referirse al tema de las inversiones de la Iglesia, y a Oconitrillo Conejo se llamó en varias ocasiones, pero no estaba en sus oficinas en SAMA ni en Grupo PIPASA -según dijeron sus secretarias- y tampoco devolvió llamadas al cierre de esta edición (lunes 4).
Los cheques en mención son del Banco Nacional de Costa Rica y los emite SAMA Internacional S.A. por instrucción de Servicios Bursátiles Latinoamericanos, sociedad panameña a la que representa en Costa Rica y que maneja fondos de Sarita Trading.Los montos por $1.000.000 y $1.002.405, son pagaderos a Inversiones SAMA, y aparecen como débitos en un informe que rinde Servicios Bursátiles Internacionales de la cuenta de Sarita Trading, en donde el saldo tras rebajar ambas cifras queda en $14.116.082.
Documentos a los cuales tuvo acceso este Semanario, revelan que por medio de Sarita Trading había a febrero del 2006, fuertes inversiones en bonos de deuda externa de Costa Rica, Colombia, Ecuador, Uruguay, Panamá, Brasil República Dominicana, e incluso Cuba.En acciones de firmas como Atlas Eléctrica, Holcim (cementos) y Florida Ice and Farm (Cervecería Costa Rica), la inversión superaba los ¢900 millones.De igual manera, la cartera de la Conferencia Episcopal disponía, a febrero del 2006, de inversiones por ¢26.156.9 millones en dólares, ¢3.359 millones en acciones de Rica Foods (PIPASA), ¢6.946 millones en inversiones a la vista, y ¢1.100 millones en acciones del Grupo SAMA (24.39%: 2.439 acciones). En total, la cartera llegaba a ¢41.399.8 millones.Cabe recordar que la compra de Rica Foods por parte del Grupo SAMA, se hizo con un préstamo por $12.5 millones otorgado por Servicios Bursátiles Internacionales.De acuerdo con información de la Securities and Exchange Comisión (SEC) -órgano estadounidense que regula el mercado de valores-, Sarita Trading forma parte de las sociedades del Grupo SAMA que compraron Rica Foods y es representada por Edgar Rodríguez.En una carta de noviembre pasado, Víctor Oconitrillo reconoce que la Conferencia Episcopal es la mayor accionista del Grupo Empresarial SAMA. El sacerdote Guillermo Godínez Zúñiga ocupa el cargo de segundo vocal en este grupo y -según La Nación- en seis empresas más vinculadas con este consorcio. Monseñor José Francisco Ulloa Rojas fue directivo por más de ocho años en esa junta y renunció en el 2003, cuando fue sustituido por Godínez.
3 comentarios:
¿La Iglesia haciendo tratos con el "diablo" Arias?
Qué fijación con esa vara de "cerca de las elecciones". Bien pudiera ser que compraron bonos de la deuda política...
En todo caso, los padres entrevistados tienen razón. La Iglesia no tiene porque tener esa plata. Cierto que ciertas obras específicas, como la construcción de templos, requerirán cierta acumulación, pero debería ser temporal, mientras se comienzan las obras. La idea de un Banco para ayudar a los pobres suena bien...
En fin, esperemos que todo salga a la luz, a ver si se sanea...
Mientras tanto, hay muchos padres que hacen muy buenas obras y que ocupan plata (el de Cristo Rey creo que es uno). Mejor le damos a ellos y al platillo echamos unas moneditas... (si acaso).
este es un asunto que se debe tratar sin generalizar. para nadie es un secreto que la humildad y abstinencia de bienes materiales en la esfera católica del país es inexistente.
de hecho recuerdo a un padre que llegaba a dar misa en San Francisco de Dos Ríos hace como 4 o 5 años..en un Peugeot 206! o sea...
Y pucha, está muy bueno que investiguen, y que se tomen las medidas del caso, pues estos son dineros de los ticos fieles, y se debe una transparencia para las personas que con fe los entregan.
Con el "cuentico de Dios te Bendiga" se hacen millonarios estos infelices, muy cierto que quienes andan con la biblia debajo del brazo son peores avaros y puñales
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