El frío del carajo que ha hecho estos días probablemente me producirá un resfrío.
Y es que aunque suene raro me voy a resfriar a propósito.
Pronto vendrán los mocos, la trancazón, los estornudos y esos escalofríos que a uno lo hacen casi maldecir. Pero aún así me alegra estar resfriado.
Pero usted tal vez piense: “¿Qué le pasa a este loco? ¿Por qué no usó un suéter y se evitó así andar como el mae del anuncio de Gex?”
La respuesta es sencilla: porque no tenía y no quise comprarme el suéter.
La historia va así: Sintiendo los primeros días del frente frío me fui al clóset a buscar algún abrigo y me di cuenta que sólo tenía unas jacketcillas que no calentaban nada, por lo que me dije: “¡Hora de ir a comprar algo que me caliente de verdad!”.
Agarré las llaves del carro y jalé para el centro de San José, porque como uno ya siente el espíritu navideño, quise recordar las salidas con mi papá y mamá, cuando íbamos a hacer las compras a las distribuidoras y tiendas de la Avenida Central.
Me rehusaba ir al Mall.
El frío pegaba de manera increíble, era como un cuchillo sin filo que lo partía a uno en dos.
Se sentía como la hoja de acero le cercenaba por dentro cada órgano, pero en el fondo era un frío bonito.
Cuando puse un pie en esa Avenida Central, encontré un panorama totalmente desalentador: colachos, promociones, gente estresada, señoras gritándole a los chiquitos, vendedores que casi lo obligaban a uno a comprar cuanta chuchería tenían, mocositos pidiendo plata con tarritos de Numar. Un poco desilusionado entré a una tienda, esperando que la compra me levantara el ánimo nuevamente. Salió a mi paso una chiquilla como de 16 años, totalmente inmune al frío, pues andaba con una blusa que no cubría más de una cuarta de su torso.
-¿En que le puedo ayudar?
- Mire, es que busco un suéter bien calientito.
-Venga por acá y le enseño unos nuevos que tenemos.
Caminamos.
-¿Sólo estos tiene? ¿En estos colores?
- Sí, sólo en café, verde y negro.
Me quedé mirando fijamente los detalles, que no tuvieran costuras sueltas, que el zipper estuviera bueno, que las mangas fueran del mismo tamaño, etc., etc., y sólo me restaba decidirme entre el verde y el negro, cuando de pronto fui interrumpido en mi ritual de escogencia.
-Oiga, dígame si se va a llevar uno o no, no puedo perder el tiempo enseñándole cosas a gente que no va a comprar.Seguro se me pusieron los ojos como de fuego, la piel roja y probablemente olía ya a azufré y me salieron cachos del colerón.
-¿Quién es su supervisor? – pregunté con todo el peso de mi enojo y mi desprecio contra esa “ombligo pelada”.
En eso llegó una señora no tan vieja y preguntó del porqué de mi enojo y como si yo fuera chiquito de escuela la acusé, la señalé y hasta casi le saco la lengua a la carajilla esa.
Aliviado por haber expulsado toda mi cólera esperé la resolución del tribunal y como mínimo una disculpa a mi favor, aunque por supuesto jamás compraría ese suéter ahí.
-Mire es que estamos muy ocupados, si se va a llevar el sueter bueno y sino pues entonces no. ¡Fue la única respuesta que obtuve!
Sin decir ni “a” salí de ahí bien agüevado, pensando en todo lo que había visto y vivido en ese rato en el centro de San José.
Parado como tonto frente al Banco Negro, reflexioné en lo que se ha convertido la Navidad: una oportunidad para vender y comprar, para sacarle plata a la gente, para gritarle a los chiquillos chineados y para explotar a unos viejitos con trajes rojos y barbas postizas.
¡Al carajo con ese sueter! Si lo que me queda de los viejos recuerdos de mis épocas de fin de año es el frío, prefiero sentirlo hasta mis entrañas.
¡Que me carcoma y me entuma los dedos y la boca!, a fin de cuentas, es un frío bonito.
Danilo Mora -colaborador-
Y es que aunque suene raro me voy a resfriar a propósito.
Pronto vendrán los mocos, la trancazón, los estornudos y esos escalofríos que a uno lo hacen casi maldecir. Pero aún así me alegra estar resfriado.
Pero usted tal vez piense: “¿Qué le pasa a este loco? ¿Por qué no usó un suéter y se evitó así andar como el mae del anuncio de Gex?”
La respuesta es sencilla: porque no tenía y no quise comprarme el suéter.
La historia va así: Sintiendo los primeros días del frente frío me fui al clóset a buscar algún abrigo y me di cuenta que sólo tenía unas jacketcillas que no calentaban nada, por lo que me dije: “¡Hora de ir a comprar algo que me caliente de verdad!”.
Agarré las llaves del carro y jalé para el centro de San José, porque como uno ya siente el espíritu navideño, quise recordar las salidas con mi papá y mamá, cuando íbamos a hacer las compras a las distribuidoras y tiendas de la Avenida Central.
Me rehusaba ir al Mall.
El frío pegaba de manera increíble, era como un cuchillo sin filo que lo partía a uno en dos.
Se sentía como la hoja de acero le cercenaba por dentro cada órgano, pero en el fondo era un frío bonito.
Cuando puse un pie en esa Avenida Central, encontré un panorama totalmente desalentador: colachos, promociones, gente estresada, señoras gritándole a los chiquitos, vendedores que casi lo obligaban a uno a comprar cuanta chuchería tenían, mocositos pidiendo plata con tarritos de Numar. Un poco desilusionado entré a una tienda, esperando que la compra me levantara el ánimo nuevamente. Salió a mi paso una chiquilla como de 16 años, totalmente inmune al frío, pues andaba con una blusa que no cubría más de una cuarta de su torso.
-¿En que le puedo ayudar?
- Mire, es que busco un suéter bien calientito.
-Venga por acá y le enseño unos nuevos que tenemos.
Caminamos.
-¿Sólo estos tiene? ¿En estos colores?
- Sí, sólo en café, verde y negro.
Me quedé mirando fijamente los detalles, que no tuvieran costuras sueltas, que el zipper estuviera bueno, que las mangas fueran del mismo tamaño, etc., etc., y sólo me restaba decidirme entre el verde y el negro, cuando de pronto fui interrumpido en mi ritual de escogencia.
-Oiga, dígame si se va a llevar uno o no, no puedo perder el tiempo enseñándole cosas a gente que no va a comprar.Seguro se me pusieron los ojos como de fuego, la piel roja y probablemente olía ya a azufré y me salieron cachos del colerón.
-¿Quién es su supervisor? – pregunté con todo el peso de mi enojo y mi desprecio contra esa “ombligo pelada”.
En eso llegó una señora no tan vieja y preguntó del porqué de mi enojo y como si yo fuera chiquito de escuela la acusé, la señalé y hasta casi le saco la lengua a la carajilla esa.
Aliviado por haber expulsado toda mi cólera esperé la resolución del tribunal y como mínimo una disculpa a mi favor, aunque por supuesto jamás compraría ese suéter ahí.
-Mire es que estamos muy ocupados, si se va a llevar el sueter bueno y sino pues entonces no. ¡Fue la única respuesta que obtuve!
Sin decir ni “a” salí de ahí bien agüevado, pensando en todo lo que había visto y vivido en ese rato en el centro de San José.
Parado como tonto frente al Banco Negro, reflexioné en lo que se ha convertido la Navidad: una oportunidad para vender y comprar, para sacarle plata a la gente, para gritarle a los chiquillos chineados y para explotar a unos viejitos con trajes rojos y barbas postizas.
¡Al carajo con ese sueter! Si lo que me queda de los viejos recuerdos de mis épocas de fin de año es el frío, prefiero sentirlo hasta mis entrañas.
¡Que me carcoma y me entuma los dedos y la boca!, a fin de cuentas, es un frío bonito.
Danilo Mora -colaborador-
16 comentarios:
Ya parezco Terox... de primero...
Esos son malos vendedores, me parece una falta de respeto.
Mae Galcides, bienvenido mae.
Y si vendedoras como esas sobran, no se puede pedir mucho oprofesionalismo, son chiquillas de cole breteando de temporada.
Que rico el frio, y lindo recordar cuando valia la pena ir a chepe y devolverse jamandose un heladito de sorbetera.
Mae honestamente es una pena, pero no deja de ser una realidad. Yo tambien recuerdo aquellos tiempos cuando ibamos a comprar a San Jose los "estrenos" y todo ha cambiado montones... pienso que no tenemos que aceptar ese servicio de mier... pues somos nosotros los consumidores quienes alimentan cada negocio en San Jose y en el mundo. Son negocios y gente ambiciosa que olvida por completo el sentido de esta epoca yo por eso le digo no al consumismo en epocas "festivas". Viva tu resfrio! Saludos, Joe
Es un resfrío digno el del amigo Danilo.
En el mercado central la atención es mala, pero asi cobran de poco también, es una mejor opción ya que ene CR el servicio al cliente es fatal!
Justamente por todo eso me estoy haciendo medio grinch!!
MAE ES CIERO MAE LA NAVIDAD NO ES MAS QUE UN INVENTO DEL COMERCIALISMO A MI EN LO PERSONAL NO ME GUSTA LA NAVIDAD NI COLACHO, NI SANTA, NI JEBUS ETC, ETC.... Y LO DE LA CARAJILLA DI MAE QUE SE LE PUEDE PEDIR A ALGUEN QUE ESTA EMPEZANDO EN FIN .... DE TODAS MANERAS CHEPE SIEMPRE HA SIDO ASI SOLO QUE CM UNO YA ESTA MAS VIEJO ( YO NO ) SE DA CUENTA DE LAS VARAS
BUENA NOTA
Mae sinceramente admiro la educacion, yo los hubiera mandado a la mierda a los 2. Y si, la navidad es una actividad social de gasto satanico. Que el niño Dios y esas varas, es demasiado polo. Ahora lo importante es saber que color de moda nos trae ese gordo de mierda de santa clos
Ta tuanis el relato, pero que gueiso mano. Nunca falta una desmadrada en epocas navideñas. Pero la verdad que es de locos, y la cortesia queda por el suelo.
Y puede que caiga mal con lo que voy a decir, no es nada tuanis estar vendiendo varas a gente que al final no compra nada (quien haya tenido que bretear en una tienda en diciembre sabe a lo que me refiero) aunque eso no justifica la actitud de la doña.
Igual, gueiso mano por quedarte sin sueter. Saludos!!
Que mal! Si a mí me hubiera pasado eso, de fijo las pongo en mi lista negra. Es una falta de respeto al cliente. Se comprende que el estrés por el trabajo, pero eso no justifica que lo traten de esa manera. Pues saladas, porque perdieron un cliente.
Saludos,
Como hay gente que no tiene educación para nada!
En mi trabajo, en las veces que he tenido que atender al público, he aprendido a que, no importa la cantidad de trabajo que yo tenga, si no me muestro educada y servicial, simplemente los clientes se van... y es plata que uno pierde!!!
Como decía un amigo mío que trabaja en ventas: "la mejor manera de atender a un cliente es imaginarselo con cara de billete... vieras la sonrisa que se le dibuja a uno"
Un poco materialista su frase, pero al menos eso lo incentiva a sonreir y atender bien a la gente
Saludos
En Costa Rica el servicio al cliente brilla por su ausencia y eso no es nada en supermercados y otros lugarcitos usted es ratero de primera entrada lo andan siguiendo como si dan por un hecho de que se va a robar algo.
Un día fui a comprar una impresora a Office no sé que hay en San Pedro, supuestamente la propaganda en la TV decía todo en rebaja así que me deje ir y cuando llegue solo las laptops estaban en oferta, así que decidí comprar la bendita impresora, y ya pagada y en frente de mi la cajota, me dicen llévesela si algo tiene malo tiene garantía, y le dijo, pues no deseo revisarla no voy a volver acá si algo tiene malo y de mala gana la revisaron, y para no cansar con el cuento después en Play la vi con 20 mil peses menos jaja.
Saludos en este frio de diciembre.
Si la güila no estaba fea y juzgando por su forma de vestir... pues... a lo mejor es que está acostumbrada a ser ella la que hace esperar a los otros... jajajaja
[Galci me está haciendo los permisos]
que colera me da con los vendedores de las tiendas una vez me iba a comprar un vestido en un mall en CR y la vieja que atendia se atrevio a decirme que no me mostraba el vestido por q seguro no lo iba a comprar por el precio,,, que colera me dio pero como yo no soy pelionera no me rebaje pero mi hermana que andaba conmigo si le dijo muy diplomaticamente, que quien era ella para jusgar que iba yo no a comprar... asi no mas me vieron cara de pelada y al cabo la que trabaja en una tienducha era ella, y ni dueña del chinamo era!!
si la navidad mas bonitas son las que una recuerda de carajillo!! que regonito esperar cuando venia el niño y habian regalitos!!
Saludos
MC
Muy bueno tu post!
Insisto, seguimos pagando "servicios" que no sirven de nada.
A mí me ha pasado eso montonera de veces.
Me ven la pinta de carajilla y me dicen "eso es muy caro"!
De fijo, no vuelvo.
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