Volver a Ojo de Agua.

La violencia intrafamiliar va de la mano con la falta de sitios de esparcimiento y distracción.
Al gobierno le corresponde mantener estos lugares seguros, en buen estado y acondicionados con el mínimo de condiciones para su adecuada función: servicios sanitarios, parqueo y cambiadores adecuados.
Pareciera que conviene mantener los espacios públicos y de esparcimiento en mal estado, como si de alguna conspiración capitalista se tratase, para mantener a la gente gastando dinero en otros lugares “más de moda”, ¿será que el gobierno está aliado con aquellos que proveen préstamos fáciles con estos fines? De todas formas la gente no exige y a la vez no le importa lo que pase con estos lugares, por lo general estos “son para ‘pobres’ y no para gente como yo”.
Antes era más fácil, seguro y barato ir al estadio, madrear al árbitro era la terapia psicológica popular ante el estrés cotidiano; y volver a casa como un dulce gatito a hablar de futbol con los vecinos.
Antes era más sencillo y más “cool” ir a Ojo de Agua o a las piscinas de Plaza Víquez con una panta de punto o tanga de licra, y las damas con un vestido de baño de leopardo enterizo; ambos con chancletas de hule Kam-lum; emborracharse y agarrarse con algún otro "jumas"; y la gente volvía entonces des-estresada a casa y más bien hasta chineados por la doña por el guacho morado que le recetaron a su “macho”
Hoy la cosa no es tan sencilla, el esparcimiento es caro y elitista, ir a Ojo de Agua y Plaza Víquez, incluso al Puerto y Doña Ana es para polos, y como todos somos “pro” y somos “Cool” es un "bañazo" que lo vean a uno en bus, jalando el salveque con pinto en olla chollada, huevos duros con sal en bolsitas y fresco de sirope en botellas de Coca Cola. Por eso la gente se va a escondidas y compra todo esto en el Pali más cercano al lugar escogido que de igual forma se visita a disgusto pues no se puede rajar con nadie.
Por eso ver el partido en la choza por tele y aguantándose a Pilo no es lo mismo, ni quedarse en la choza tomándose la pachita en el jardín llenando a cada rato la piscina inflable de los “wilas”, eso es frustrante, por que los ticos poco a poco nos hemos vuelto elitistas y nos frustramos de no pertenecer a esa élite de Four Seasson, Waterfall Gardens, la Fortuna y otros exóticos y paradisiacos parajes de Costa Rica que si están bien vistos por los vecinos, las modas y las apariencias, pero seamos realistas, están fuera de el alcance de la mayoría, incluyéndonos, eso es para turistas y gente que pueda de verdad pagarlos, uno no puede ir ni al circo sin sacar cuentas… que 7.500 cada “wila” van 15, la doña y yo son 22 más, es decir 37 solo de entrada, más 2000 de parqueo y la jama en Multiplaza de el Este al menos la jugada sale en 50 mil; y aquí es justo donde aparece Credomatic, y los clubes de viaje para endeudar a los pobres y decirnos que si podemos, que no somos “menos”, que podemos gritarle a todos, poner en el msn, hablarlo en las fiestas y rajarlo en el barrio, que fuimos a tal chante allá, finísimo y caro, pero bueno “para eso “bretea” uno ¿o no?” Y las deudas crecen y crecen… y aquí en Costa Rica no hay poca gente que puede, pero si hay muchos endeudados, solo es de mirar las estadísticas de morosidad de los bancos por conceptos de tarjetas de crédito.
La frustración aumenta, porque después de un tiempo los que están en la choza “puestititicos” para descargar la rabia de todo este fenómeno son la Doña y los niños.
Para empeorar todo, los “chamakos” andan jodiendo por que quieren la “cajita feliz” con el bicho de moda, y la doña anda con la “jacha” larga porque sus amigas andan en la playa en aquel hotel y ella ahí encerrada en la casa, y el cacique y la birra se suben a la cabeza y de un momento a otro llega el “maje” y explota! Y entonces si… las vecinas luego comentarán “¡qué barbaridad!, para qué gastar en viajes si viven en un infierno”,” tan felices que se veían el mes pasado cuando iban de vacaciones a Papagayo y mira ahora!” mientras al tipo lo saca la policía de la casa, y ella toda “sopapiada” y los chiquillos llorando, le dan declaraciones a la Extra; que “pecao” si nada cuesta ser felices y humildes justo en este tiempo de crisis volver a ser los “polos come-huevos” que fuimos antes. Es acaso nuestros recuerdos de la infancia en aquellos lugares, mientras comíamos arroz con pollo y huevo duro fueron tan nefastos, ¿Qué recuerdos “lindos” tendrán nuestros hijos sobre viajes familiares, si ya no hay dinero ni lugares para salir?
¿Podríamos volver a Ojo de Agua sin tanto orgullo? ¿Se anima?

Gracias a Chamu por su colaboración con este post.