lunes, julio 27, 2009

En Lima nunca llueve...

En Lima nunca llueve. En Lima sólo sale el sol de diciembre hasta marzo, y si hay suerte. Una ciudad sumida en una neblina constante, y en una habitual llovizna que no moja si no estás más de 2 horas debajo de ella. Garuja la llaman. El gris que todo lo envuelve recuerda a la gran mayoría de los habitantes de la ciudad lo lejos que quedan sus vidas de los neones y lujos que tan fuertemente alumbran otros lugares.

Una ciudad de 70 km. de larga, con 250 000 taxis, con 60 000 autobuses operando. Sus casas forman un enorme mosaico de colores para matar la monotonía del cielo. 7,6 millones de habitantes se agolpan por sus calles, en ventanas de transporte con caras fatigadas de cansancio y resignación, y esperando el pasar del tiempo sentados en un banco cualquiera, en uno de tantos parques. El caos, bien se puede decir que el caos y Lima conviven en una estrecha relación de amor y odio. Los problemas de tráfico suponen para cualquier ciudad moderna de 8 millones de habitantes un auténtico viacrucis. Si a esto añadimos no disponer de red de metro, ni tranvía, ni autobuses urbanos públicos junto un paisaje marcado por la combinación aleatoria de edificios lujosos seguidos de otros en ruinas obtenemos la primera imagen; señales de tráfico que casi no ejercen autoridad alguna.

Todo esto forma el caos de la vida limeña. Un caos equilibrado con serios desajustes. Para las gentes de aquí todo es normal, todo entra dentro de lo posible. La policía corrupta no es un mal endémico, es un axioma; las miradas recelosas que miran tus bultos, los policías que hacen desaparecer gente por delante de tus pasos. Todo esto entra dentro de lo normal, y no entra en debate social, es la realidad limeña, y por ende, así habrá sido y será siempre: vete acostumbrando aconsejan las gentes.

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No obstante, lo más sorprendente en Lima ha sido posiblemente las sonrisas y los saludos constantes de muchos de sus habitantes, que mordidos por la curiosidad, no podían evitar mirar los autobuses en los que viajábamos. Uno se pregunta si tal vez los mosquitos no contagian a los habitantes de esta urbe de una alegría que les impide ver lo que resultan unos contrates insultantes.

Los distritos “pitucos” de Lima, los distritos más selectos (Miraflores y San Isidro), son el engaño de este país. Cuando casi el 19% de la población está en una situación de pobreza extrema insulta ver el “apartheid” que resultan estos distritos con sus clubes de golf, sus hoteles de 5 estrellas, sus tiendas de lo más selecto.

Por último encontramos los conos, estos extremos de una ciudad inmensa. Hasta sumar los 70 km. de casas y farolas, hasta acumular 43 distritos y 43 alcaldes en una misma ciudad, los conos perfilan la figura externa de Lima. No se define un olor, una identidad en estos distritos. En los conos, todo está construyéndose, todo es nuevo y viejo a la vez, todo está en desorden.

Sorprende que duela incluso a los ojos de un hijo del capitalismo más exacerbado la opulencia de la que algunos hacen gala frente a sus conciudadanos en esta ciudad. Los "combis" (buses?) de más de 20 años de antigüedad, abarrotados de pasajeros serpentean continuamente alrededor de algún que otro flamante 4x4 último modelo.

Así es Perú, un “combinadito” de varias cosas. De varias culturas, razas, gastronomías, maneras de pensar y vivir. Vale la pena conocer un sitio así, salir de eurocentrismo, de pensarnos el ombligo del mundo, y saber que todos no tienen la misma suerte de crecer en la opulencia y las facilidades en que vivimos.

Ganas de gritar, de entrar en acción, de moverte, de contarles a todos que la realidad en la que viven no es ninguna condena, que pueden cambiarla, que deben ponerse en marcha, armarse de valor para combatir las injusticias del sueño americano. Las sonrisas y los saludos se alejan, distantes, efímeros, dejando un cierto regusto amargo justo en la boca del estómago.

La costa central peruana muestra una serie de microclimas atípicos debido a la influyente y fría corriente de Humboldt que se deriva de la Antártida, la cercanía de la cordillera y la ubicación tropical, dándole a Lima un ambiente subtropical, desértico y húmedo a la vez.

La combinación de fenómenos climáticos se presentan así: La fría Corriente de Humboldt que pasa por la costa enfría el ambiente tropical entregándole una nubosidad extremadamente alta e impidiendo el paso del brillo y la fuerza del sol tropical (sobre los meses de invierno), la cercanía de la cordillera que hace que la humedad se concentre aún más y por último el sol tropical que impide tanto la ocurrencia de fríos notorios y la suficiente evaporación para que las nubes logren la condensación necesaria para que desemboque en lluvias. Como resultado se tiene un clima desértico sin lluvias, subtropical pero a la vez húmedo y templado, sin embargo la ciudad cuenta con parques, avenidas y miles de viviendas rodeadas de jardines que se mantienen verdes gracias a un ingenioso sistema público de irrigación subterránea.

Lima, ciudad en la que por fenómenos atmosféricos no llueve prácticamente nunca, soporta desde el domingo pasado una llovizna continua que, según los expertos, se prolongará por lo menos hasta el viernes.

Aunque no se trata de una fuerte lluvia, en especial para quienes están acostumbrados a vivir en otras latitudes, la llovizna sí causa diversos problemas, pues la ciudad, de ocho millones de habitantes, no está preparada para afrontar una situación así.

Apozamiento de aguas en las calles; daños en las fachadas de las casa y aparición de goteras en los interiores; caídas de personas que no están acostumbradas a caminar bajo la lluvia y que no cuentan con los zapatos adecuados y choques protagonizados por choferes que no saben frenar sobre mojado son algunas de las consecuencias.

En Lima suele lloviznar muy ocasionalmente, pero solo dura algunas horas. En la ciudad jamás caen aguaceros y ni siquiera lluvias medianamente fuertes, por lo que las casas, las calles y hasta los zapatos y los corazones de los limeños están hechos para condiciones secas.

6 comentarios:

Costa Rica sumergida dijo...

Yo estuve en Lima hace un par de años y me sorprendió que las casas y negocios practicamente no tenían los techos inclinados y no tenían canoas, luego me comentaron que ahí aguaceros no tenían en muchas décadas. Yo me quedé en el distrito de Miraflores y no tengo criterio para comentar sobre la pobreza porque sin saberlo, me hospedé en donde eso no existe, sin embargo, si me hice un recorrido en una combi y es cagón de risa, cualquier bus rural de acá está en mejor estado.

Me hizo gracia que los taxis son los Daewoo Tico que son súper pequeños! fue un cagón de risa ver a un surfo metiendo la tabla en un taxi de esos.

Muy interesante el artículo de lo que me pareció a mi la cuidad melancólica por ese gris que siempre tiene el cielo.

Amorexia. dijo...

Que fracaso de post!
jejeje

aquiles dijo...

El planeta se despichó! Alguien disfrutó hoy la tarde de Diciembre en medio Julio casi Agosto?

gitanilla dijo...

Amorexia ..a mi no me pareció un fracaso de post...será q soy limeña

Saludos conejito suicida, me pareció interesante tu descripción de LIMA LA GRIS ...y esa comparación de edificaciones nuevas con las casas a medio construir ..bueno me hicieron recordar a Brasil plop...pero si tienes razón eh!
Buen ojo el tuyo...espero no solo hayas visitado Lima sino también sierra y selva...somos un país tan diverso ..feo como hermoso ^^

Abrazo!

Ricardo dijo...

Lima es Gris?
lol
alguien que reciba un conejito por alla? :)

Anónimo dijo...

JAB. Lima, Peru.
Me gustaria desmentirte en muchas cosas pero la verdad es que tienes razon. Asi es mi Peru y Lima que refleja como es todo el pais, nadie ayuda a nadie, y todo quiera quitarle a de alado, empezando por lo politicos.

Buena descripcion. Pero te aseguro que somos mucho mejor de lo que no parecemos.