Se dice que somos el pueblo más feliz del mundo…..
Gloria Bejarano de Calderón para Conejitos Suicidas
De acuerdo a una encuesta a nivel mundial los ticos somos el pueblo más feliz del mundo. Cuando leí esto no pude menos de cuestionarme de dónde viene tanta felicidad.
Me pregunté entonces si esta felicidad viene del convencimiento que vivimos en un país donde la justicia social reina en todas partes, un país donde no hay hambre ni ciudadanos de segunda clase; un país donde podemos caminar seguros por las calles y dormir tranquilos mientras nuestros hijos salen de noche.
Será que somos los más felices porque no existe la injusticia, ni el abuso, ni la violencia doméstica; porque hay trabajo digno, salarios crecientes y oportunidades de superación para todos.
Nuestra felicidad es grande porque nuestras mujeres reciben trato equitativo y sus hijos están resguardados en guarderías y hogares comunitarios.
Somos los más felices porque la vivienda está al alcance de la clase obrera y la clase media por igual. Porque la pensión de nuestros adultos mayores les permite vivir con holgura y quienes tienen necesidades especiales son atendidos de acuerdo a lo que manda a ley. Esta felicidad tal vez provenga de saber que producimos mucha riqueza, aunque no se distribuya equitativamente.
Me cuesta entender el motivo de tanta felicidad cuando pienso que los hijos de Inés no desayunaron hoy ; cuando la noche cobija a jóvenes trasvestis y mujeres que ejercen la prostitución; cuando leo que un pequeño fue asesinado a golpes por sus propios padres; o cuando veo crecer los tugurios en San José, y que de ellos salen los pequeños que venden lapiceros en las esquinas. Pareciera entonces que nuestra felicidad es algo muy parecido a la inconsciencia, la ignorancia o el engaño.
Somos los más felices porque en realidad “nos vale” que más de un millón de costarricenses vivan en la pobreza.
Porque el “porta mí”, es nuestro mecanismo de defensa y gracias a él no vemos a los ancianos tirados en las calles, ni la prostitución que corrompe a nuestra juventud, ni los niños que hacen malabares en las esquinas, ni los que han sucumbido al alcoholismo y la drogadicción, porque hemos olvidado a quienes ha sido asesinados por robarles un celular.
Somos los más felices porque se nos ha convencido que con un nuevo estadio, unas pocas carreteras y algunas becas, podemos atender las verdaderas necesidades de nuestro pueblo.
Somos felices porque hemos bloqueado en nuestra mente la inseguridad y la violencia que se vive en nuestras calles; porque nos mandan de vuelta a dos jóvenes víctimas de la trata de blancas, y no sabemos cuantas más se han llevado. Porque nuestros niños y niñas son mercancía sexual en el internet. Porque por casualidad encontramos drogas flotando en nuestras costas, y las avionetas del narco literalmente nos caen del cielo.
Somos los más felices porque no nos detenemos a evaluar la educación que están recibiendo nuestros hijos, ni la formación ética, ni los valores que les estamos inculcando. Porque tenemos un bajo índice de analfabetismo aunque pocos comprenden lo que leen.
Somos los más felices porque cerramos los ojos al tráfico de drogas, que deja a su paso miles de consumidores entre nuestra población y las cárceles llenas de mujeres que sirven de mulas por falta de recursos para alimentar a sus hijos.
Somos los más felices estrenando una carretera treinta años después de que fue diseñada, y un puente cuyo préstamo se aprobó hace 20. Porque las listas de espera para un tratamiento urgente en la Caja están a solo 6 meses de distancia.
Somos los más felices porque preferimos que un medio de comunicación nos diga que pensar, antes que sentarnos a reflexionar sobre la manipulación de que soy objeto.
Estoy segura que los que estamos aquí reunidos posiblemente no califiquemos entre los más felices del planeta, pues yo al menos no puedo estar contenta sabiendo que los hijos de mi empleada no van al colegio por que su madre tiene miedo que los maten por robarles los tenis. No puedo estar contenta sabiendo que en los alrededores del Museo de los Niños, duermen drogados jóvenes que debieran estar en el colegio.
No puedo estar contenta cuando una madre sola me pregunta cómo hacerse de un lote para que le den un bono de vivienda, cuando no tiene ni para la leche de sus hijos.
No puedo estar contenta porque sé que en Limón no hay médicos por temor a las amenazas, porque en Puntarenas no hay suficientes programas de vivienda popular, porque en Guanacaste la crisis ha dejado sin trabajo a miles de compatriotas, porque en Cartago, nuestros agricultores no reciben el pago justo por su esfuerzo, porque en Heredia, Alajuela y San José vivimos una guerra de supervivencia en medio de bajonazos, asaltos y secuestros.
Porque la felicidad de un pueblo no se debe medir por las oportunidades de unos pocos sino porque haya oportunidades para todos.
Porque la felicidad de un pueblo está en que los gobernantes tengan presente los derechos económicos, sociales y culturales de sus conciudadanos.
Porque la felicidad se da cuando se prioriza la atención de niñas, niños, mujeres, discapacitados y ancianos.
Porque la felicidad es una realidad cuando el crecimiento económico va de la mano de una justa distribución entre todos sus habitantes.
El que seamos agradecidos con Dios por habernos dado una tierra maravillosa, no debe confundirse con el sentimiento de felicidad, al menos no mientras exista pobreza y desigualdad en nuestra patria.
Gloria Bejarano de Calderón para Conejitos Suicidas
De acuerdo a una encuesta a nivel mundial los ticos somos el pueblo más feliz del mundo. Cuando leí esto no pude menos de cuestionarme de dónde viene tanta felicidad.
Me pregunté entonces si esta felicidad viene del convencimiento que vivimos en un país donde la justicia social reina en todas partes, un país donde no hay hambre ni ciudadanos de segunda clase; un país donde podemos caminar seguros por las calles y dormir tranquilos mientras nuestros hijos salen de noche.
Será que somos los más felices porque no existe la injusticia, ni el abuso, ni la violencia doméstica; porque hay trabajo digno, salarios crecientes y oportunidades de superación para todos.
Nuestra felicidad es grande porque nuestras mujeres reciben trato equitativo y sus hijos están resguardados en guarderías y hogares comunitarios.
Somos los más felices porque la vivienda está al alcance de la clase obrera y la clase media por igual. Porque la pensión de nuestros adultos mayores les permite vivir con holgura y quienes tienen necesidades especiales son atendidos de acuerdo a lo que manda a ley. Esta felicidad tal vez provenga de saber que producimos mucha riqueza, aunque no se distribuya equitativamente.
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Me cuesta entender el motivo de tanta felicidad cuando pienso que los hijos de Inés no desayunaron hoy ; cuando la noche cobija a jóvenes trasvestis y mujeres que ejercen la prostitución; cuando leo que un pequeño fue asesinado a golpes por sus propios padres; o cuando veo crecer los tugurios en San José, y que de ellos salen los pequeños que venden lapiceros en las esquinas. Pareciera entonces que nuestra felicidad es algo muy parecido a la inconsciencia, la ignorancia o el engaño.
Somos los más felices porque en realidad “nos vale” que más de un millón de costarricenses vivan en la pobreza.
Porque el “porta mí”, es nuestro mecanismo de defensa y gracias a él no vemos a los ancianos tirados en las calles, ni la prostitución que corrompe a nuestra juventud, ni los niños que hacen malabares en las esquinas, ni los que han sucumbido al alcoholismo y la drogadicción, porque hemos olvidado a quienes ha sido asesinados por robarles un celular.
Somos los más felices porque se nos ha convencido que con un nuevo estadio, unas pocas carreteras y algunas becas, podemos atender las verdaderas necesidades de nuestro pueblo.
Somos felices porque hemos bloqueado en nuestra mente la inseguridad y la violencia que se vive en nuestras calles; porque nos mandan de vuelta a dos jóvenes víctimas de la trata de blancas, y no sabemos cuantas más se han llevado. Porque nuestros niños y niñas son mercancía sexual en el internet. Porque por casualidad encontramos drogas flotando en nuestras costas, y las avionetas del narco literalmente nos caen del cielo.
Somos los más felices porque no nos detenemos a evaluar la educación que están recibiendo nuestros hijos, ni la formación ética, ni los valores que les estamos inculcando. Porque tenemos un bajo índice de analfabetismo aunque pocos comprenden lo que leen.
Somos los más felices porque cerramos los ojos al tráfico de drogas, que deja a su paso miles de consumidores entre nuestra población y las cárceles llenas de mujeres que sirven de mulas por falta de recursos para alimentar a sus hijos.
Somos los más felices estrenando una carretera treinta años después de que fue diseñada, y un puente cuyo préstamo se aprobó hace 20. Porque las listas de espera para un tratamiento urgente en la Caja están a solo 6 meses de distancia.
Somos los más felices porque preferimos que un medio de comunicación nos diga que pensar, antes que sentarnos a reflexionar sobre la manipulación de que soy objeto.
Estoy segura que los que estamos aquí reunidos posiblemente no califiquemos entre los más felices del planeta, pues yo al menos no puedo estar contenta sabiendo que los hijos de mi empleada no van al colegio por que su madre tiene miedo que los maten por robarles los tenis. No puedo estar contenta sabiendo que en los alrededores del Museo de los Niños, duermen drogados jóvenes que debieran estar en el colegio.
No puedo estar contenta cuando una madre sola me pregunta cómo hacerse de un lote para que le den un bono de vivienda, cuando no tiene ni para la leche de sus hijos.
No puedo estar contenta porque sé que en Limón no hay médicos por temor a las amenazas, porque en Puntarenas no hay suficientes programas de vivienda popular, porque en Guanacaste la crisis ha dejado sin trabajo a miles de compatriotas, porque en Cartago, nuestros agricultores no reciben el pago justo por su esfuerzo, porque en Heredia, Alajuela y San José vivimos una guerra de supervivencia en medio de bajonazos, asaltos y secuestros.
Porque la felicidad de un pueblo no se debe medir por las oportunidades de unos pocos sino porque haya oportunidades para todos.
Porque la felicidad de un pueblo está en que los gobernantes tengan presente los derechos económicos, sociales y culturales de sus conciudadanos.
Porque la felicidad se da cuando se prioriza la atención de niñas, niños, mujeres, discapacitados y ancianos.
Porque la felicidad es una realidad cuando el crecimiento económico va de la mano de una justa distribución entre todos sus habitantes.
El que seamos agradecidos con Dios por habernos dado una tierra maravillosa, no debe confundirse con el sentimiento de felicidad, al menos no mientras exista pobreza y desigualdad en nuestra patria.
23 comentarios:
El sentimiento inevitable al ver esa noticia es de tristeza.
Tristeza por como deben estar en el resto de paises del mundo, si todos son mas infelices que nosotros.
Mi estimadisimo Amorexia.
No es por aguar la fiesta pero ese resultado lo rotan cada año entre los paises americanos que estamos mas abajo del rio bravo (dicese Latinoamerica), ya ves, a Colombia le correspondió el año pasado y aunque la verdad que venden los medios sobre mi pais es totalmente falsa, considero que nos hace falta mucho para llegar a ese anhelado estado de felicidad.
No dudo que en CR no se viva feliz, de hecho todos los paises del hemisferio tenemos mucho que aprender de ustedes, lo que no entiendo es, para que otorgar el calificativo?
Saludos.
Es curioso esos resultados, pero...
Te digo, vivimos felices porque en parte si lo somos. No tenemos ejército y los vagos pueden vivir aunque sea a palitos.
Igual, parte de esa felicidad si es porque ignoramos lo malo y dejamos que pase. Porque decidimos dejar que las cosas pasen, y no tomar control de nuestro país y nuestra vida.
La ignorancia es una bendición, dice un viejo dicho inglés
Muchas personas viven felices pq piensan a mi NO me pasan esas desgracias. En mi familia NO tenemos ese tipo de apuros economicos y le damos la espalda a las penas ajenas.
Muchos piensan que esas personas que andan en malos pasos y estan sufriendo se lo tienen merecido...nadie lo obligo a tomarse esa primera birra o a fumarse ese primer puro....ellos se lo buscaron y ahora que se pudran!!!
Pero nunca debemos olvidar que si la casa de mi vecino se esta quemando debo ayudarle, primero por solidaridad como ser humano y segundo pq eventualmente mi casa tambien se puede quemar!!!
desgraciadamente la gente liga felicidad con celular o un carro.
Cuando la verdadera felicidad es estar tranquilito, con comidita, casita y salud....
HAGO EL MEA CULPA! POR ERROR BORRE EL COMENTARIO DE LO, QUERIANDO EN REALIDAD BORRAR EL COMENTARIO DE UN ANONIMO QUE OFENDIA EN SU COMMENT. SOLICITO LAS DISCULPAS DEL CASO :S
LO DIJO
Como va a hablar esa señora, si es la más feliz del mundo... tiene plata de todos, y esta siempre ne le circo!!
Que va a venir esta señora de avanzada edad y de profesión antigua a decir ni pene si esta casada con un expresidente cuestionado unicamente con por razón de su dinero y pedigri?
Con razón ella no es feliz.
(así esta bien?) =o!!!!!!
Antes debemos saber qué representa ese índice de felicidad. En primer lugar, es diseñado por una organización no gubernamental a nivel mundial muy alejada de las poses economicistas. O sea, que se mide el progreso de las naciones en funciòn de su ingreso per cápita o su PIB. En esta lista, por ejemplo, Inglaterra está en el 74 lugar.
Lo que se mide es una relación entre la expectativa de vida, la sensación interna de satisfacción propia y el uso ambiental del planeta, esto último en un proporción con el territorio ocupado.
Resulta que nosotros quedamos bien parados en esos aspectos, lo que no quiere decir que "vivamos bien". Usted puede encontrar al joven más "pipis" (y estoy seguro que conocen varios casos) que tiene de todo y es un infeliz, mientras que en el campo se encuentran un muchacho que trabaja, se levanta de madrugada a ayudar a sus padres, no viste ropas de marca y es muy feliz.
Nuestro reto como sociedad es mantener ese índice de felicidad (que yo diría satisfacción) y unirlo con un alto nivel de "vivir bien" con una justa distribución económica y con un índice de "tranquilidad ciudadana" con una correcta política de seguridad.
Saludos y ¿me extendí?
LOL
jaja
a mi el articulo de la señora Bejarano me parece además de muy acertado, muy cierto, mas allá de banderas o ideologías que no defiendo ni comparto, no puedo neggar la calidad y lo real de el articulo. Un excelente aporte que agradecemos en verdad.
Diay si Ano, por lo menos suena mas bonito oO ... usted sabe que aqui se puede publicar lo que quiera siempre y cuando no ofenda asi tan rajado como el comentario que borre.. tuanis!
Si somos los más felices... imagínese como está el resto del mundo!!!
Sigo de majadero:
Aquí lo que dice esa organización NEF (New economist foundation):
"Costa Rica lidera el Índice del Planeta Feliz 2.0. Los costarricenses reportan el más alto bienestar del mundo, poseen la segunda mayor esperanza de vida promedio en el Nuevo Mundo (segunda sólo después de Canadá) y tienen una huella ecológica que significa que el país falla por muy poco en alcanzar el objetivo de “vida en un solo planeta”, es decir, consumiendo su parte proporcional de los recursos naturales de la Tierra."
Ven que no tiene nada que ver con el money.
La felicidad es relativa dependiendo del momento y las circunstancias en las que uno la encuentre.
En lo personal, sigo pensando que Costa Rica es el pais màs feliz del mundo para vivir, dejando de lado todas las cosas negativas que se mencionan en este post...
LA FELICIDAD UNICA Y EXCLUSIMAMENTE DEPENDE DE CADA PERSONA EN COMO VIVE CADA DÌA DE SU VIDA.
Salu2 de MEGAPRIMO.
PD:Puta que yo si soy feliz en Costa Rica!!!
muy bonito el texto y todo, pero con el perdón de doña Gloria, no deja de ser un discurso de campaña política...
Supongo que doña Gloria si fue muy feliz cuando disfruto la platita que ella y su esposo se echaron a la bolsa...
Saludos
Buenisimo post.
No te cuento lo que sería un termometro de alegria en la Argentina.
Saludos de Buenos Aires.
Gran mensaje.
Puede que no este muy de acuerdo con lo que está pasando con la familia Calderón, pero, tengo fé en el sistema judicial.
Ya pasarón 5 años, manda webo que la verdad no salga pronto y que el veredicto de una vez por todas aclare la situación.
Mientras tanto me mantengo al margen, pero obviando esto, es un gran mensaje y por desgracia bastante cierto
"LA FELICIDAD UNICA Y EXCLUSIMAMENTE DEPENDE DE CADA PERSONA EN COMO VIVE CADA DÌA DE SU VIDA."
Excelentemente dicho por Megaprimo, lo que dice Gloria es pura politiquera.
Como ya dije en el post anterior que se hizo al respecto, si nuestra felicidad dependiera de que todo este en perfecto estado en el pais, nunca, nadie, en ningun lugar del mundo sería feliz, si arreglan todo eso, saldran mas cosas, si todo se arreglara magicamente en el pais, despues dirian que como podemos ser felices en el mundo cuando hay africanos con hambre, me aguevas!!
Siempre habran pobres por que siempre existira gente que quiera ser pobre, siempre habra delincuentes por que hay gente que es vaga y mala, siempre habra drogas por que a mucha gente le gustan esas idioteces, asi como lo oyen. El que crea lo contrario, es un iluso y me da lastima por que nunca será feliz con los suyos y hey, nunca hara de Costa Rica un pais feliz, por que el siempre estara aguevado.
Alguien por ahí dijo que el comentario de Doña Gloria era por hacer política, si es así, en hora buena, porque es el momento de hacer política en Costa Rica, porque es política responsable y con criterio y no simple politiquería, porque además el PUSC tiene que buscar donde comunicarse porque muchos medios escritos son liberacionistas de a callado y por último porque una de las principales características del mal es la negación de su propia existencia, al despertar a la realidad que nos rodea damos el primer paso para solucionar nuestros problemas, ellos siguen ahí creamos en ellos o no, pero además quiero criticar fuertemente a aquellos(as) que repiten el discurso de los medios que han sentenciado a los Calderón como si ellos fueran EL ORDEN JURIDICO, yo, no aceptó que otros me manipulen y repetir el discurso del manipulador es de niños sin criterio... por favor despierten. Para eso están los juzgados.
tiene razón la verdad es que nos dan atolillo con el dedo y ahora quieren dirigir nuestras mentes tambien, haciedo que el mundo crea lo que`piensan unos pocos. Si de algo estamos seguros es que la inteligencia se sobrepone a la limitaciones de los que cren que un comentario se pueda generalizar a un puelo completo. Gracias Doña Gloria por alzar la bandera por nosotros
Creo que es un discurso maravilloso, lleno de sentido social y realidad.
Hay muchos conformistas allá afuera que pecan de hipocritas que solo miran su televisor de plasma para de esa forma evitar contemplar los tugurios que continuan creciendo.
Si ser feliz es ser valverguista, la humanidad esta destinada a su autodestrucción.
Me gustó mucho el discurso, es directo, apropiado y severo.
Ciertamente la problemática de la familia Calderón es compleja, pero yo creo en el sistema judicial del pais y no en la fanfarria mediatica que se ha estado dando, donde, el único ganador aca es los Arias cuyo gobierno es la que paga los anuncios más caros de La Nación.
Creo en mi pais, creo en el sistema judicial, y siento que todo se resolverá como se debe de forma justa. Prejuzgar a una persona por lo que dicen los medios sin un veredicto judicial solo lo hacen los ciegos racionales y a los que les es facil lavar el cerebro pues asumen y juzgan en base a criterios con intereses determinados.
Buen post.
Definitivamente hay mil y una cosas por arreglar en este hermoso país nuestro, y no nos podemos quedar cruzados de brazos pensando que todo está bien al compararnos con otros que están peor, o al leer día a día sobre la violencia y las injusticias sociales que parecieran inundar los medios de comunicación.
Sin embargo creo dos cosas:
Primero, la esperanza y la fe en un mundo mejor y más equitativo, mueve a muchos seres humanos y los costarricenses no somos la exepción. Nuestro pueblo se ha caracterizado por ser gente de paz, emprendedora y "echada pa´lante"... feliz finalmente. Ser felices no impide querer ser mejores, ni significa ser insensibles ante la injusticia o infelicidad ajena.
Segundo, y perdón por no ser totalmente objetiva aquí, pero que Doña Gloria no nos vea la cara... La justicia en este país no puede estar tan mal como para que ella y su marido sean dos "blancas palomas" víctimas de un enrredo institucional. Cuando el río suena piedras trae... y una cabeza de agua es lo que viene en este caso. Mi felicidad como costarricense se me esfuma de sólo pensar que este señor Calderón sea candidato de nuevo y peor aún presidente.
Que todos los costarricenses no perdamos la felicidad que tenemos, pero que sobre todo no perdamos la capacidad de pensar, razonar y cuestionar los políticos, sus discursos y sus intenciones.
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